EL MINUTO ADICIONAL

Y ahi estabas mirando la nada y yo mirándote a ti, 
como si te hubiese mencionado apareciste, pero no para mirarme sino para confirmar que existías ante mis ojos. Y ahí te has quedado muchacho, en la retina de lo que no se olvida, en la pupila fija de mi curiosidad por ti. 
No se tu nombre pero ya oleremos juntos un café y porque no, tu mi perfume. Atrevida? No. Contundente. 
Algún día me dirás: "No te conozco" y yo te diré: "no hace falta, el conocerse no siempre es cuestión de dos..."   Sonríe...Vaya sonrisa! suaviza cada botón de mi blusa, me permite recorrerlo sin prisa, de cerca. Recompensa la espera en cada viaje y a mis piernas en tacones, aquellos que recorren su llegada y que irían a posarse en sus aventuras gustosos. Esos que no dudan en esperar el minuto adicional que haga falta hasta subir a su vagón. 
A donde vas? pregunta. A seguirte, contesto. Se acerca tanto como puede y me susurra algo, la piel de mi espalda queda a merced de su olor, y mis oídos de sus labios. Sabía que llegaría este momento: nuestro café.  Poder auscultar la suave conexión entre su cuello y su ausencia de pelo y la suave voz que arroja su brillantez. Cuanta indecente certeza al rozarme... bordea mi cintura, moldea su huella, se marcha.  
Ahí va la mejor inversión de mi tiempo, mi mejor minuto adicional...